martes, 6 de junio de 2017

IEEM, INE Y FEPADE cómplices del mega-fraude

• La voluntad popular vuelta pedazos ante una elección de Estado. • Conteo rápido y PREP en la línea de fuego.
“La voz del pueblo es la voz de Dios” Hesiodo Toluca, México, a 6 de junio de 2017; año del cambio de régimen.- Decía Thomas Brooks (1608-1680), que “la verdad es poderosa y prevalecerá”. Y en eso estará embarcada la lucha de millones de mexiquenses durante los próximos días; unos por saber qué ocurrió realmente durante el presente proceso electoral que culminó en la jornada del pasado domingo para definir al próximo gobernador del estado de México, llena de sospechas sobre un “megafraude de Estado”, y otros, por tratar de esclarecerlo desde un punto de vista no solo político sino también jurídico, ético y moral. Es claro que tanto el IEEM, el INE y la FEPADE (Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales), han quedado atrapados en su propio actuar omiso en cuanto a su obligación de dar transparencia, equidad y certeza jurídica al proceso comicial, sino también ante una “elección de Estado”, que veían pasar ante sus propias narices sin poder contenerla haciéndolos no sólo víctimas, sino además cómplices de funcionarios públicos de todos los niveles (federal, estatal y municipales), que operaban a sus anchas por todo el territorio mexiquense en la compra del voto, de funcionarios de casillas, reparto de dádivas, y demás formas y modos de coacción del voto. Miles de millones de pesos fueron utilizados para tal fin, haciendo de éste el proceso más caro de la historia; todo a costa de mantener al PRI y a la dinastía Atlacomulca en el poder. El conteo rápido y el PREP están bajo sospecha, y sus operadores en la línea de fuego de los impugnadores y defensores del voto popular que se cuentan por millones en cada uno de los ciudadanos agraviados, robados, ofendidos en su dignidad, por las tropelías cometidas que están siendo hechas públicas en las redes sociales, convertidas en la principal ventana de denuncia y en demanda de castigo a los culpables. Se trata de un lodazal electoral que ya tiene repercusiones internacionales, pues estamos a la vista de observadores provenientes del exterior y testigos del muladar en que convirtieron el proceso las “autoridades”: actos de intimidación en contra de los votantes, difusión de información falsa para incidir en la jornada electoral, amenazas hasta con armas de fuego, secuestros no aclarados, relleno de urnas y urnas infladas, además de un desvergonzado uso de recursos públicos federales y estatales. Ante la voluntad popular vuelta pedazos, no quedan sino los tribunales, sobre los cuales no abrigo muchas esperanzas, y la judicialización del proceso. Aun así, “la voz del pueblo es la voz de Dios”. “La verdad es poderosa y prevalecerá”.

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